Mujeres y Economía Social: Voces de Experiencia
En las últimas décadas, hemos sido testigos de un cambio significativo en el panorama empresarial. Las mujeres ocupan cada vez más posiciones de liderazgo y participan en la toma de decisiones en una amplia gama de sectores.
Este avance se refleja especialmente en la economía social, donde las empresas se rigen por principios cooperativos y solidarios. Sin embargo, este progreso no ha estado exento de desafíos y obstáculos. Las mujeres han tenido que superar estereotipos de género arraigados y luchar por la igualdad de oportunidades.
A lo largo de este artículo, exploraremos las vivencias y perspectivas de tres mujeres que tienen un gran bagaje y una gran capacidad de liderazgo, y que la están demostrando desde sus distintas facetas y responsabilidades.
Sus historias son ejemplos de cómo el liderazgo femenino está desempeñando un papel fundamental en la evolución de las empresas cooperativas y de cómo estas mujeres están contribuyendo al reconocimiento y relevancia femenina en este y en todos los ámbitos de la sociedad.
María Coca: Educando con Cariño y Cooperativismo
María Coca, miembro de la cooperativa Espacio Dejando Huella, comparte su experiencia en la economía social, destacando el papel fundamental de las mujeres en esta esfera.
Su proyecto, un Centro de Cuidado Infantil en el corazón de Madrid, surge como una expansión de proyectos previos liderados por madres, con el objetivo de proporcionar un ambiente acogedor y enriquecedor para niñas y niños de hasta 6 años.
La elección de una forma jurídica cooperativa es fundamental en el contexto de la economía social.
María explica que optaron por esta estructura para fomentar el cooperativismo entre las socias y trabajadoras, buscando una gestión horizontal y promoviendo la igualdad en las condiciones laborales. Además, la cooperativa permite que las trabajadoras sean también socias, alentando el esfuerzo y la responsabilidad.
En esta entidad, el empoderamiento femenino es evidente, ya que todas las integrantes son mujeres.
El proyecto se centra en brindar apoyo y crear una red de mujeres que se ayudan mutuamente, buscando una verdadera conciliación en sus vidas.
María destaca su contribución al proyecto, que incluye su experiencia en la gestión de proyectos y la formación para mejorar la salud y el bienestar de las personas. Su empatía y apoyo a las familias son elementos clave para el éxito de la cooperativa.
María también aborda la necesidad de medidas de conciliación, como ayudas fiscales para empresarias que cubran las bajas o ausencias relacionadas con el cuidado de familiares. Ella y su equipo están comprometidas en visibilizar el trabajo de las mujeres en el sector social y de cuidado, reconociendo el impacto positivo que tienen en la sociedad y el futuro.
Su experiencia resalta la importancia de las mujeres en la economía social y su capacidad para impulsar el cambio.
Sagrario Rodríguez: Transformando la educación desde el cooperativismo
La experiencia de Sagrario Rodríguez, del Colegio Madrigal, es un testimonio inspirador del papel de las mujeres en la economía social y cómo su compromiso ha contribuido al crecimiento y éxito de esta cooperativa educativa.
Creció en un entorno rural donde el espíritu cooperativo siempre estuvo presente, aunque era un mundo (en aquel entonces) dominado por los hombres.
Su matrimonio con un miembro de una cooperativa de enseñanza le dio una nueva visión de las entidades cooperativas, enseñándole además que había otra forma de hacer empresa, también fuera del mundo agrario.
En 1996, participó en la creación de una cooperativa de enseñanza, y pese a no ser elegida para formar parte de su consejo rector, le aportó una enorme experiencia a este respecto y le permitió conocer las dificultades que este modelo presenta.
Sin duda en el ámbito educativo, el género femenino es predominante. Sin embargo, hay que cuidar que ese hecho se refleje también en los órganos de representación.
En su cooperativa, por ejemplo, tanto ella como otras compañeras han ocupado cargos directivos clave durante casi un cuarto de siglo, lo que resalta la relevancia del liderazgo femenino.
Según sus palabras, su éxito se basa en su valentía, perseverancia y dedicación, cualidades que han ganado el respeto de sus compañeros y compañeras.
Sagrario enfatiza que el esfuerzo y el trabajo duro son fundamentales para superar las barreras de género y promover la igualdad en la economía social.
Además, señala el crecimiento de las mujeres en diversos campos de la economía social, lo que augura un futuro más inclusivo y equitativo, alejado de un pasado dominado por hombres en estas esferas económicas.
Isabel del Pliego: Una Cooperativa Comunitaria
La Cooperativa Piscina Parcela 22, de Zarzaquemada, presidida por Isabel del Pliego, nació en los años 80 para solucionar un problema que unía a la comunidad de vecinos: una piscina construida de forma no legal por la empresa constructora que erigió los edificios circundantes. Su objetivo era claro, lograr que todos los propietarios de las viviendas adyacentes fueran socios y disfrutaran plenamente de las instalaciones.
En este sentido, Isabel destaca la importancia de la forma jurídica cooperativa en la economía social. Para ella, esta estructura asegura que todos los miembros sean partícipes en el funcionamiento de la piscina, fomentando la sostenibilidad y la participación igualitaria.
Sin embargo, la realidad mostraba que, a pesar de tener muchas mujeres como socias, las asambleas seguían siendo mayoritariamente masculinas. Dado que en su cooperativa la edad media de los socios es elevada, hay una dificultad añadida a la hora de cambiar el rol del hombre respecto al liderazgo.
No obstante, desde que asumió la presidencia en 2020, Isabel se ha centrado en introducir transparencia y comunicación directa. Su liderazgo se basa en la apertura y la colaboración, ejemplificando la esencia de la economía social e incorporando unas características femeninas de liderazgo, que sin duda han contribuido al éxito de la cooperativa.
Mujeres que Marcan un Camino
Estas tres mujeres nos muestran que la economía social está experimentando un cambio profundo y significativo gracias a la participación activa de las mujeres. No solo están ocupando roles de liderazgo, sino que también están impulsando un cambio cultural en cómo se concibe y se dirige un negocio. Su enfoque en la cooperación, la transparencia y la inclusión marca un camino a seguir para una sociedad más igualitaria y sostenible.
El futuro de la economía social parece cada vez más femenino. Estas mujeres están forjando una nueva estructura que sirva de cimiento solido en el mundo de los negocios, demostrando que la igualdad y la colaboración no son solo palabras, sino bases esenciales para un futuro económico más equitativo y próspero. Con su determinación, están contribuyendo al reconocimiento y la relevancia de las mujeres en la economía social, y aún tienen mucho más por aportar y construir. Este es solo el inicio de una transformación que promete una economía más inclusiva y consciente.