La Federación de Cooperativas y de la Economía Social de Madrid (FECOMA) se constituyó el 23 de junio de 1997, como resultado de la decisión de las distintas asociaciones de cooperativas de la Comunidad de Madrid. Entonces, representaba solo al sector cooperativo madrileño y se denominada Federación de Cooperativas Madrileña
En 2012, la federación cambió su denominación social a la denominación actual, con el firme propósito de incorporar nuevas realidades de la Economía Social en su seno, adoptando la definición dada por la Ley 5/2011 de Economía Social. El objetivo seguía siendo el mismo, pero ampliado para tratar de dar respuesta a las nuevas realidades como son los grupos cooperativos y cooperativas de segundo grado, al tiempo que posibilitase que entidades tradicionales de la Economía Social madrileña se pudieran incorporar a este espacio de representación y fomento de la actividad económica y social.
Actualmente, sus estatutos se rigen por la vigente Ley 4/1999, de 30 de marzo, de Cooperativas de la Comunidad de Madrid y por la Ley Orgánica 2/2021 del derecho de Asociación.
A lo largo de estos años, FECOMA ha desarrollado alianzas y acciones de apoyo y asesoramiento para la constitución de proyectos empresariales y económicos mediante fórmulas cooperativas y de la economía social. Ha desarrollado acciones formativas, servicios de información y divulgación, así como foros de debate sobre la realidad, la potencialidad y las necesidades de la Economía Social madrileña.
En este sentido, se han organizado conferencias, congresos, cursos y encuentros con participación de personas expertas de nuestra Comunidad Autónoma, del resto del estado español y también de diferentes países y entornos culturales.
Actualmente FECOMA agrupa a las siguientes entidades que, a su vez, agrupan a las empresas de base, y que representan a la mayor parte de las empresas de Economía Social de la región, por orden alfabético:
FECOMA de acuerdo con su forma jurídica y lo estipulado en sus Estatutos se configura en su gobierno de la siguiente manera:
La Asamblea General , que es el órgano supremo de la expresión de la voluntad social. Todas las entidades socias tendrán derecho a ser representadas en la Asamblea por un número máximo de diez personas designadas por cada entidad, con independencia del número de votos que correspondieran.
La Asamblea General ordinaria tiene que reunirse una vez al año, dentro de los seis meses siguientes al cierre del ejercicio anterior. Las demás Asambleas serán extraordinarias.
La toma de decisiones se realiza por voto ponderado de acuerdo con la masa social representada por cada Unión. El número de votos a que tiene derecho cada entidad socia será calculado en función del baremo establecido por el artículo 24 de los Estatutos.
El Consejo Rector , es el órgano de gobierno, gestión y representación de la federación, a quien corresponde controlar y supervisar de forma directa y permanente la gestión de la misma.
El Consejo Rector se compone de un máximo de diez miembros titulares, todos ellos personas físicas, elegidos por la Asamblea General.
Las entidades estarán representadas en el Consejo Rector de acuerdo con el número de votos que tengan en la Asamblea, según lo establecido por el artículo 28 de los Estatutos hasta que se alcance el máximo de 10 consejeros.
El presidente del Consejo Rector, lo es también de la Federación, y ostentará la presidencia de sus órganos y la representación legal de la misma.
Es Facultad del Consejo Rector la concesión de poderes y nombramiento o cese de puestos de responsabilidad y dirección de FECOMA .
El organigrama sería el siguiente:
FECOMA se organiza con una mínima estructura compuesta por su presidente, el director-gerente, y las personas técnicos de proyectos. El objetivo es tener una estructura básica y utilizar las estructuras directivas y los recursos de las entidades asociadas para organizar las distintas actividades y servicios, así como colaboraciones técnicas externas cuando resulte necesario. Para FECOMA , el networking y la gestión de alianzas ha dado paso al tradicional concepto de intercooperación y es un sello de identidad. Todo lo hacemos en colaboración con las organizaciones afectadas, con las administraciones públicas y con otros agentes afectados. Por eso decimos que nuestro ADN está formado por los genes de todas las organizaciones de la Economía Social madrileña.
Estamos orientados en nuestro fin último a cubrir las necesidades de las personas, tanto en el ámbito urbano como en el ámbito rural, a través del emprendimiento, poniendo el énfasis siempre en la formación de ciudadanos con espíritu crítico, basados en la búsqueda del bien común y orientados a tener una participación activa y emprendedora en el mundo real, un mundo globalizado, multicultural y multiétnico que enriquece enormemente al ser humano.
Nuestro sistema de gestión se orienta al conocimiento de las condiciones de desarrollo económico y social de cada territorio para ponerlo en valor y propiciar iniciativas coherentes con ese diagnóstico desde el emprendimiento y la Economía Social, con enfoques de innovación tecnológica y sostenibilidad, fomentando la igualdad y la cohesión social y territorial. En la ejecución de las actividades contamos con especialistas de gran experiencia y conocimiento que comparten nuestros principios y valores.
Representar al Cooperativismo y la Economía Social de la Comunidad de Madrid y contribuir a generar empleo de calidad a través del emprendimiento colectivo bajo estructuras de Economía Social.
Ser considerado referente autonómico en el impulso de las iniciativas cooperativas y de Economía Social, aglutinando los esfuerzos de los principales interlocutores, amasando el conocimiento compartido y difundiendo las oportunidades para conseguir nuestra misión.
FECOMA se orienta por los principios y valores del Cooperativismo, identificados por la Alianza Cooperativa Internacional, en su congreso de 1995 en Manchester, y de manera especial por los principios orientadores de la Economía Social, mencionado en el art. 4 de la Ley 5/2011, como son la primacía de las personas y del fin social sobre el capital; la aplicación de resultados fruto de la actividad económica en función del trabajo aportado; la promoción de la solidaridad interna y con la sociedad; la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; el compromiso con el desarrollo local; la cohesión social; y de manera muy especial los principios de autonomía e independencia respecto de los poderes públicos.
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